Decisión. Capítol 2
En casa. Sentado frente al ordenador.
- Pedro?
- Dime, bonita.
- El enchufe este ¿cómo va?
- Mmmhh... ¿A qué enchufe te refieres?
- Al del otro ordenador.
- Un momento, enseguida termino.
- ¿Que estás escribiendo?
- Nada. Más que escribir, pienso.
- ¿Y en qué piensas?
- En las mujeres que he tenido antes de conocerte a ti. En como eran.
- Como eres...
- No, no, espera. Estaba pensando por qué estaban conmigo, cómo me veian.
- ¿Y cómo te veían?
- No lo sé exactamente. Pero era muy diferente.
- ¿A qué te refieres?
- No sé. Yo les gustaba, esto está claro, pero hay algo que no me cuadra.
- Bueno, pero ¿Qué es?
- No sé. A veces pienso que eran espectadoras más que otra cosa.
- No entiendo
- Si. Eran mis espectadoras en el sentido más literal de la palabra. Esperaban algo de mi, creo.
- Sigo sin entender.
- Espera, que se me ha liado el cable. Pasa esto por detrás de la mesa.
- A ver... Ya está. Esto es un lío.
- Si. Estas cosas son un rollo. ¿Qué te contaba?
- Lo de que esperaban algo de ti, pero no lo entiendo.
- Si, mira. Ellas se enamoraron de mi, no?
- Por supuesto, eminencia!
- No te burles... Ellas se enamoraron de mi, y yo de ellas...
- Grrrr...
- Ja,ja,ja. Como te decía, ellas se enamoraron de mi, y yo de ellas, pero ninguna estaba realmente conmigo, y yo terminé por desenamorarme.
- Sigo sin entender.
- Si. Ellas esperaban que yo las condujera de algún modo por la vida. Mmmh... no, no está bien expresado, no es eso. Lo que si tengo claro es que yo me sentía incomprendido.
- Pobrecito... mi víctima, mi Calimero.
- Calla, burra. Me refiero a que había un punto importante en el que no coincidíamos.
- Sólo un punto?
- Bueno, varios puntos, pero algunos de ellos hacían que, como persona, me sintiera estancado.
- Empiezo a entenderte...
- Eh!! ¿Esto no irá con segundas, no? Ya sabes que la ironía no es lo mío.
- Que no, tontito.
- Bueno, ¿Seguro que lo entiendes?
- No estoy muy segura. Te refieres a que no coincidíais en ciertos temas y que esto te hacía sentir mal. ¿Pero hasta el punto de dejar de quererlas?
- Dejar de quererlas no. Dejar de estar enamorado de ellas. Querer siempre se quiere.
- Bueno, me refería a eso.
- Pues si.
- Un poco superficial, no?
- No, no, para nada. Yo empezaba a fantasear con otras mujeres.
- Ah! Pillín!!
- No, no, de pillín nada. Ya sé que todo el mundo fantasea y estas cosas, pero a mi me creaba un verdadero dilema. Yo ya cambiaba de mujer, me veía viviendo con otra... Creo que esto ya está. A ver? Dale al interruptor.
- Eh, funciona!... Ya, tu siempre tan radical.
- Quizás, pero para mi era importante. Creo que ellas me veían como un complemento más de su vida, un complemento importante, no lo dudo, pero no creo que me vieran como parte de ellas mismas.
- Vaya! ¿parte de ellas mismas?
- Si, eso he dicho. Creo que sí. Pero esto también me acababa pasando a mi. Yo estaba convencido de que podíamos formar algo especial, pero al final todo se torcía porqué me daba cuenta de que no estábamos en la misma onda, que yo sólo era una imagen en su cerebro y se trataba de que me pareciera lo más posible a esa imagen.
- Bueno, pero esto nos pasa a todos, ¿no?
- Sólo en parte. Reconozco que me ha pasado también, pero contigo esto cambió. Lo vi enseguida.
- Sigue, que esto empieza a ponerse interesante.
- Si, cuando me fijé en ti, eras lo más opuesto a cualquier imagen que hubiera podido tener de una mujer.
- Acabo de perder el interés de golpe.
- Ya, me estoy explicando muy mal. Esta imagen no es nada concreto, es una abstracción formada por muchos retales diferentes y que inconscientemente forman un todo, una imagen poco definida que empieza a tener carácter a medida que vas conociendo al otro. ¿Me explico?
- Para nada. Cada vez lo entiendo menos. Pásame el café, por favor.
- ¿El Guatemala o el Kenia?
- El Guatemala.
- Ya lo hago yo... Lo que quiero decir es que contigo todo empezó a aflorar de forma diferente. Te sentí de forma diferente, y además empecé a notarme a mi mismo. De pronto se me abrió el corazón, se me abrió la mente y mi alma empezó a tomar forma. Nada de lo que yo había sentido hasta el momento hacia otra mujer o notado que otra mujer sentía hacia mi había sido así. ¿Lo prefieres fuerte o lo hago flojo?
- Házlo fuerte, que tenemos un día ajetreado. ¿Qué es lo que habías sentido antes?
- Creo que antes me enamoraba sin entender.
- ¿Sin entender qué?
- Pues eso, sin entender, sin más. No me refiero sólo a comprensión racional. Te hablo de algo más etéreo, mas indefinible, más impalpable.
- Cada vez te entiendo menos.
- Si, no sé. Contigo me siento limpio, abierto, todo está claro, todo tiene su razón de ser de forma natural. No estoy forzando nada. Simplemente me sale. No tengo que estar dándome cabezazos para justificar mi amor por ti o para mantener alerta mis sentimientos hacia ti y vigilar además los tuyos. Simplemente los tengo y sé que tu los tienes hacia mi. Me siento muy libre.
- Mmmhh, qué guapo eres...
- Gracias!
- Vigila! Que se quema el café!
- ¿Vas a escribir ahora?
- No. No tenemos tiempo. Recuerda que tenemos que ir a buscar a mi hijo.
- Es verdad. ¿Te mirarás lo mío después?
- Claro. ¿Tu querrás mirárte lo mío?
- Si, claro. ¿A qué hora quedaste con tu ex?
- No le llames mi ex, qué es muy feo. Le dije a Raúl que pasaríamos hacia las dos y media.
- ¿Todavía te odia?
- No, ya no. Ahora tiene novia.
- ¿Ya tiene novia? ¿No será aquella de su trabajo?
- Si.
- Vaya, se confirmaron tus sospechas, al final... ¿Estás celosa?
- ...Psi, un poco.
- Posesiva hasta la muerte, ¿eh? Ja,ja,ja
- No te burles...
- Qué tonta eres...
- Si, es verdad, qué tonta soy.... Mmmhh, que bueno está este café.